En Latinoamérica, los muros hablan y cuentan historias. En todas las ciudades, es normal ver graffitis que hablen de política, de humor y, por supuesto, de amor. ¿Quién no ha visto un corazón en medio de un grafiti con dos nombres? ¿O quizás arte callejero preguntando a alguien si quiere ser su pareja? 

La verdad es que el arte callejero es una forma de expresión sincera y total. Muchos usan este movimiento para expresar las emociones más puras. 

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En la semana del amor y amistad, queremos celebrar la carta de amor original.

Latas llenas de amor

Uno de los mejores ejemplos del amor en graffiti son el colectivo que transformó el arte callejero a principios de los años 2000. Hablamos del grupo “Acción Poética” quien llevó frases de amor y felicidad a las calles de México.

Este movimiento underground se creó en Monterrey,  México, y se volvió súper reconocido y visto hasta en Tijuana, Baja California. El movimiento comenzó como “una forma de romper con la mundanidad de la rutina diaria, provocando la reflexión y atrayendo a los transeúntes con ‘micropoemas’ predominantemente románticos”.

Este ejemplo es no más un granito de arena en la comunidad grafiti de nuestros artistas románticos. 

El amor a la comunidad

Otras expresiones del graffiti en Latinoamérica han sido siempre las del amor por la comunidad y el activismo. Muchos artistas usan esta forma de arte como expresión política, el feminismo, y contra la violencia de género.

De una u otra manera, el arte callejero siempre ha sido (y será) la manera más efectiva de comunicarnos con lo que nos importa.