Elegir el corte adecuado puede marcar toda la diferencia entre un platillo meh y uno digno de un chef. Aquí te va una miniguía para no fallar.

1) Para asar o hacer carne a la parrilla

Elige cortes con algo de grasa para que queden jugosos: rib eye, arrachera, T-bone, sirloin o diezmillo.

Tip: saca la carne del refri unos 20 minutos antes de cocinarla para que se cueza de forma pareja.

2) Para guisar o hacer estofados

Busca cortes que se ablanden con cocciones lentas: aguayón, chambarete, espaldilla o falda.

Ideales para birria, mole o picadillo.

3) Para caldos y sopas

Usa cortes con hueso o tuétano para soltar más sabor: chambarete, retazo, costilla corta o espinazo.

Así obtendrás un caldo más sabroso y con colágeno natural.

4) Carne molida para hamburguesas o albóndigas

Pide carne con 20 % de grasa para que no se seque. Mezcla res con cerdo si quieres más sabor.

5) Para tacos o fajitas

Los mejores cortes son arrachera, bistec, falda o lomo de cerdo.

Córtalos en tiritas finas y marina antes de cocinar.

6) Para carnitas o cochinita

Usa pierna o lomo si prefieres un resultado más magro, o espaldilla para un sabor más intenso y jugoso.