Todos amamos unos buenos frijoles, un plato de lentejas o una sopita de garbanzos. El problema llega después: esa sinfonía estomacal que nadie pidió. Sí, hablamos de los gases. Pero tranqui, que existen trucos para disfrutar de estos alimentos sin convertirte en globo aerostático.

1. Recuerda el remojo inteligente de los frijoles

Antes de cocinar frijoles, lentejas o garbanzos, déjalos en remojo por lo menos ocho horas. Esto ayuda a eliminar oligosacáridos (azúcares que tu intestino no digiere bien y que se convierten en gas). Bonus tip: cambia el agua del remojo un par de veces.

2. Ponle especias “anti-gas”

La cocina es medicina disfrazada de sabor. Agregar comino, hinojo, jengibre o cúrcuma a las legumbres ayuda a que sean más ligeras y fáciles de digerir. No es casualidad que en muchas culturas estos condimentos siempre acompañen los guisos de frijoles.

3. Dale a los frijoles tiempo de cocción

Los frijoles a medio cocer son una receta segura para el desastre intestinal. Cuécelos bien hasta que estén suaves. Si usas olla exprés, aún mejor: cocción rápida, textura perfecta y menos chance de gases.

4. Empieza de a poquito

Si no estás acostumbrado a comer legumbres seguido, no te lances de golpe con una montaña de frijoles. Tu microbiota necesita entrenar. Arranca con porciones pequeñas y ve aumentando poco a poco.

5. Agua tibia, tu mejor aliada

Beber un vaso de agua tibia o un té de hierbas digestivas (como menta o manzanilla) después de comer ayuda a calmar el estómago y a reducir la producción de gas.

6. El truco de la kombucha o el yogur natural

Fermentados como el yogur con probióticos, kéfir o kombucha, ayudan a tener una flora intestinal balanceada, lo que significa menos drama digestivo cuando llegan los frijoles a la fiesta.

7. Movimiento post-comida

No hablamos de salir a correr un maratón, pero una caminata ligera después de comer ayuda a que la digestión fluya mejor y no se quede el gas atrapado como globo de feria.

Recuerda: los frijoles no son los malos de la película. Solo necesitan un poco de cariño y estrategia. Con estos hacks puedes disfrutarlos sin miedo a terminar con un concierto de flatulencias.